La Dirigencia Nacional de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras, FENOCIN, frente a las declaraciones realizadas por el presidente de la Federación Shuar del Ecuador, Pepe Acacho, el cual manifestó que a partir de la celebración de los 20 años del levantamiento indígena, con la marcha que se lleva a cabo, se busca pedir terminación del mando del jefe de Estado, así como terminar con las funciones de la Asamblea Nacional y de la Función Judicial, expresa su firme rechazo, malestar y crítica a estas declaraciones, que llevan a un clima de desestabilización y confrontación que no responde al sentir de todas las organizaciones indígenas, como la FENOCIN. Asimismo, resaltamos que el Acuerdo de Unidad en la Diversidad por la Construcción del Verdadero Estado Intercultural y Plurinacional firmado con la CONAIE y FEINE, en el marco de la movilización de la Ley de Aguas, no contempla ningún tipo de acuerdo que pretenda desestabilizar y menos aun buscar la salida del actual gobierno.
La FENOCIN, pese al distanciamiento que de hecho existe con el Gobierno, a partir de las discrepancias con el incumplimiento del acuerdo patriótico firmado en 2006 con el entonces candidato Rafael Correa; de la ausencia de diálogo que se evidencia en las instancias del Gobierno, y de las discrepancias surgidas en algunos puntos preocupantes del proyecto de Ley de Recursos Hídricos, no participa de los objetivos desestabilizadores. Es más, consideramos que estas intenciones son contraproducentes y solo tienden a fortalecer los espacios de derecha dentro de PAIS y a debilitar a las tendencias de izquierda. En este contexto también, criticamos las declaraciones del presidente Correa, que en el marco de la visita de Hillary Clinton, señaló que la izquierda y el socialismo no es antiimperialista ni anticapitalista, creemos que estas declaraciones son contradictorias al proyecto de desarrollo impulsado al inicio de su gobierno.
La FENOCIN afirma con convicción la necesidad de profundizar la revolución y el avance al socialismo, entendiendo que esto significa la construcción de un nuevo modelo de desarrollo que redistribuya la tierra, de acceso democrático al agua, sin privilegios, e implemente una economía popular y solidaria, resaltando la necesidad de promover la interculturalidad y el diálogo entre los poderes del Estado, los movimientos y organizaciones sociales, y demás actores, culturales, económicos y políticos del país, desarrollando una democracia participativa, en pos de la gobernabilidad, el progreso y el desarrollo con identidad de las personas y los colectivos del Ecuador.
Construyendo el Ecuador Intercultural, Justo y Solidario
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